La luz visible se compone de luz roja, anaranjada, amarilla, verde y azul. Además, existen muchos tonos de estos colores que se mezclan todos entre sí para producir la luz tal y como la perciben nuestros ojos.
Hay una relación inversa entre la longitud de onda de los rayos y la cantidad de energía que tienen. La luz roja, que se ubica más a la derecha del espectro, contiene menos energía que la luz azul. Así mismo, la luz azul contiene menos energía que la luz ultravioleta (UV).
Las cabinas de bronceado producen controladas cantidades de rayos UV, lo cual hace que las personas se bronceen. Pero si te excedes con la luz UV puedes terminar con la piel quemada, como cuando no usas bronceador.
La principal fuente de luz azul son los rayos del sol. No obstante, las pantallas de nuestros dispositivos digitales (teléfonos, laptops, televisores y computadores) también producen luz azul.
La cantidad de tiempo que pases usando tus dispositivos y la cercanía de las pantalla a tus ojos, son las razones por las que los oftalmólogos están preocupados por los efectos a largo plazo de la luz azul en los ojos.
¿Nunca te has preguntado por qué el cielo es azul? Esto se debe que la luz azul, por contener más energía que el resto de luz visible, se dispersa más al rebotar con las moléculas de aire y agua de nuestra atmósfera.
El ojo humano es muy bueno en bloquear la luz UV, menos del 1% de esta llegue a la retina, incluso sin usar lentes de sol. No obstante, casi toda la luz azul a la que nos exponemos llega a la retina. Esto no era un problema cuando la única fuente de luz azul era la luz solar, pero hoy en día tenemos alta exposición a la luz azul debido a nuestros dispositivos digitales.
Algunos estudios han demostrado que el exceso de luz azul puede dañar las células sensibles a la luz que hay en la retina. Esto causa cambios en estás células que se asemejan los que ocurren en la degeneración macular. Aún son necesarios más estudios para determinar cuanta luz azul (natural o emitida por los dispositivos digitales) es necesaria para dañar la retina.
Debido a que la luz azul contiene más energía y se dispersa con mayor facilidad, no es tan fácil de enfocar. Por ello al pasar bastante tiempo mirando una pantalla, tus ojos usan más energía para realizar el enfoque, lo que ocasiona fatiga ocular.
El ojo humano, en particular el cristalino, bloquea alrededor del 99% de los rayos UV y conforme envejece comienza a bloquear también parte de la luz azul. En una cirugía de catarata, el cristalino es reemplazado por un lente intraocular. Es muy recomendable que consultes con tu oftalmólogo, si el lente intraocular que te colocará contará con protección contra rayos UV y luz azul.
Tal vez te preguntes si la luz azul puede ser mala, ¿por qué no bloquear toda? Esto sería una mala idea.
Está comprobado que algo de exposición a la luz azul es esencial para la buena salud. La luz azul en su correcta medida aumenta la atención, tiempo de reacción e incluso mejora nuestro humor.
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