1. Todos asumen que somos intelectuales.

Y podemos aplicarlo cuando nos conviene, por ejemplo es mucho más fácil vernos serios en entrevistas de trabajo.

2. Podemos cambiar nuestro look sin ningún esfuerzo.

Un nuevo par y ¡zas! Como Clark Kent cuando se vuelve Superman.

3. Ninguna película de terror puede asustarnos.

Imagina que estás en el cine viendo una película de terror y uno de los personajes decide separase del grupo para “investigar” ese ruido extraño afuera de la casa. De pronto, la música se vuelve lenta y amenazante, y empieza a aumentar de volumen poco a poco. Este es el momento, NO LO DUDES, se viene un susto seguro. Para evitar las futuras pesadillas, lo que debes hacer es: bajar un poco tus lentes de tal forma que veas borrosa la pantalla. Así, nadie se dará cuenta lo gallina que eres que realmente no estás viendo las peores escenas.

4. No necesitaremos lentes de lectura tan pronto.

Para quienes no lo saben, después de los 40 años, la mayoría de personas necesita lentes para ver de cerca (también conocidos como lentes de lectura). Por suerte, los miopes tardaremos más años en necesitar este tipo de lentes. Podremos seguir leyendo sin ayuda, por más tiempo.

5. Tenemos la habilidad de quitamos los lentes y automáticamente desconectarnos del mundo.

Esta táctica la uso cuando estoy especialmente cansada o he tenido un día estresado. Pocas cosas superan el llegar a casa, quitarte los lentes y encerrarte en tu burbuja luego de un largo día en el trabajo o en clases.

6. Podemos ignorar a quienes queremos sin quedar mal.

7. Tienes muchas opciones para disfraces de último minuto.

Dame una bufanda de gryffindor y ya soy todo una estudiante de magia en Hogwarts.

8. Podemos usar lentes y no pertenecer al grupo que los usa solo porque están de moda.

Los lentes se están volviendo una tendencia de moda, y los que usamos lentes de medida porque los necesitamos ya no necesitamos gastar en este nuevo accesorio.  Los años de años de usar lentes nos han preparado para este momento, ¡aprovechémoslo!